En estos momentos de crisis, algunas empresas como la mía, que no van ni mejor ni peor que en otras ocasiones, aprovechan para justificar ahorros y reducciones de los beneficios de los trabajadores que, de otro modo, no tendrían justificación alguna. Y van desde las cosas más importantes (nos han congelado los salarios este año) hasta las cosas más tontas.
En este sentido, el ahorro ha venido con el tema del agua. Teníamos botellas pequeñas de agua mineral gratis a disposición de los trabajadores. Bueno, pues se cambió por los botellones de agua, no mineral sino tratada. Algunos pensaréis que de qué me quejo que en casi todas las empresas el agua se coje de los grifos. Ya, pero como el mantenimiento del edificio se ha ido reduciendo a lo mínimo, el agua de los grifos no es del todo bebible. Suele salir amarillenta.
Y aquí comienza "el paradigma de los pensantes" porque ahorras en botellitas (más cara por ser individual y mineral) pero tienes que poner vasos. Se ve que el coste de los vasos era más alto de lo previsto, pues total que han ido bajando el grosor del vaso, para ahorrarse un dinero. Al final, los trabajadores para que el vaso tenga cierta consistencia, cojemos dos vasos en vez de uno. Doble gasto. ¡Que inteligentes!
Muchas veces me pregunto: ¿Dónde están los directivos de mi empresa cuando en los medios de prensa hablan de empresas que velan por el bienestar de sus trabajadores y cómo ello repercute en la productividad de sus tareas?